Se estrena en Pordenone ‘Too much Johnson’ de Orson Welles



Se acaba de estrenar en las Jornadas del cine mudo de Pordenone (Italia)  ‘Too much Johnson’, descubierta hace un año por los responsables del cineclub Cinemazero, de Pordenone, que se dieron cuenta de que aquellos rollos malolientes que guardaban en el sótano eran el santo grial del cine. Habían llegado allí desde el almacén de una empresa local de mudanzas. 

Se trata de 66 minutos de imágenes a velocidad acelerada, una pantomima rica de persecuciones, equívocos, vaivenes, piruetas, patadas, caídas, carreras, miradas furiosas, abrazos robados y gestos exasperados típicos de las comedias mudas. “No es una obra maestra, ni una película. Pero contiene en ciernes los elementos que impregnan la producción de Welles”, evalúa Paolo Cherchi Usai, entre los fundadores del festival de Pordenone.

Orson Welles (1915-1985) rodó Too much Johnson cuatro años después de The hearts of age —un cortometraje bastante rudimental, casi un ejercicio, realizado con sus amigos para tomar el pelo a las obras de la vanguardia europea como El gabinete del doctor Caligari— y tres años antes de su debut en Hollywood con Ciudadano Kane. En 1938, el artista vivía en Nueva York y gozaba de cierta fama. Se dividía entre sus populares programas de radio y la gestión del Mercury Theatre. Pensó llevar al escenario una farsa escrita en 1984 por William Gilette. La trama es un embrollo de diálogos, cambios de personalidad, traiciones y celos. Para acortar los diálogos permitiendo al espectador seguir la historia, Welles pensó rodar una película muda dividida en tres partes, así como un prólogo que debía proyectarse antes de cada acto.

El rodaje tuvo lugar a principios de agosto, en un mercado de carne y verduras de Manhatthan. Augustus Billings, interpretado por Joseph Cotton, es el amante de Clairette, que le conoce como Mr. Johnson. El marido de ella casi les pilla en faena y empieza a perseguirle por los tejados de la ciudad. Una muchedumbre de ciudadanos curiosos siguió la filmación: “Estaban preocupados. Una semana antes del rodaje, un señor se había tirado de aquel tejado. Llamaron la policía. Welles tuvo que interrumpir su trabajo, bajar y explicar que Cotten no tenía manías suicidas, sino que estaban rodando una cómica a la vieja manera”, le cita Cherchi Usai.

Welles abandonó el proyecto y nunca terminó el montaje: los derechos cinematográficos de la pieza ya estaban vendidos y el teatro elegido para el estreno, el Stony Creek de Connecticut, no estaba equipado como sala de cine. Too much Johnson se quedó en un espectáculo de teatro. Ni siquiera obtuvo críticas positivas. Pero Katharine Hepburn fue a verlo y se quedó tan fascinada con Joseph Cotten, en un personaje ligero, que lo contrató para Historias de Filadelfia. El papel de Cotten en Broadway pasó a Cary Grant cuando la obra se trasladó a la gran pantalla.

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